29
Abr
2020
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Meditación de la INTEGRACIÓN

MEDITACIÓN de la INTEGRACIÓN por Julián Peragón de la Escuela Yoga Síntesis

 

EXPLICACIÓN PREVIA:
Todos sabemos que Yoga viene de la raíz sánscrita jug que significa, entre otros elementos, unión. La meditación, que es el corazón del Yoga, busca por todos los medios reencontrar esta unión que ya estaba, en su origen, establecida de forma semiinconsciente. Meditar es, de alguna manera, recordar lo que es nuestra esencia.
La vida presiona, la cultura nos polariza y nuestra conciencia ordinaria se confunde fácilmente. Es necesario volver a establecer puentes amorosos entre todas aquellas partes escindidas, derribar muros de creencias que nos aíslan y empezar a escuchar y a dialogar para convertir los opuestos que nos habitan en verdaderos elementos complementarios.
El elemento unificador que vamos a utilizar en esta meditación es Garuda mudrâ que significa el gesto que tiene alas. En la mitología, Garuda es el rey de los pájaros, por eso, a menudo, se le identifica con el águila. Se realiza con la mano derecha encima de la izquierda y con los pulgares entrelazados de tal manera que los dedos de la mano derecha abarcan el lado izquierdo, y viceversa. Podríamos reconocer aquí una integración de los dos hemisferios, de nuestra parte lógica y abstracta con la dimensión creativa e intuitiva.
Esta integración no tendría suficiente fuerza si no colocáramos la mudrâ muy cerquita del corazón para que haga de horno alquímico donde disolver las resistencias con amor.

MEDITACIÓN:
Prepara la postura de meditación para poderte sentar con comodidad y firmeza.

(Tres campanadas)

Haz un saludo para iniciar la meditación desde tu disponibilidad a realizar un viaje interior.

Busca la inmovilidad y la presencia, el enraizamiento y la atención consciente.

Déjate respirar espontáneamente y procura que tu mente salga de la dispersión a través del vaivén respiratorio.

(Una campanada)

Durante la meditación mantén garuda mudrâ encima del pecho, gesto que puedes relajar entre integración e integración en el cambio de plano.

INTEGRACIÓN EN EL PLANO SAGITAL
Nuestra parte derecha del cuerpo suele ser, en la mayoría de casos, la parte dominante, vinculada con la fuerza y con la habilidad. Hace referencia a la energía masculina, tanto en hombres como en mujeres.

Siente ahora solo la parte derecha de tu cuerpo con los ojos cerrados. Observa su energía y sensibilidad, dónde sientes tensiones o acortamientos y qué cualidades te evoca.

La parte izquierda está vinculada con la sensibilidad y ternura. Su cualidad es la receptividad y hace referencia a la energía femenina, tanto en mujeres como en hombres.

Haz una respiración profunda y siente la parte izquierda del cuerpo. Observa su sensibilidad, su energía y en qué zonas aparecen tensiones o se activan emociones vinculadas con el cuerpo.

Vuelve a hacer una respiración profunda y a través de la mudrâ integra las dos partes, la derecha y la izquierda, la masculina y la femenina, la fuerza y la sensibilidad, la destreza y la ternura. Siente si tu cuerpo tiende a una inclinación lateral y reencuentra la vertical. Ambas no tienen que sentirse iguales pero si complementarias. Siente la armonía entre las dos partes.

(Una campanada)

INTEGRACIÓN EN EL PLANO TRANSVERSAL
Del diafragma hacia arriba tenemos la parte “noble”, la que reflejamos en los retratos. Aquí culmina nuestra cabeza con el cerebro, nuestra voluntad y la todopoderosa razón. Es la puerta de entrada a los sentidos, es nuestra parte civilizada.

Haz una respiración profunda y siente este torso superior que engloba el pecho, las extremidades superiores y la cabeza. Observa su fuerza o falta de ella, tu aceptación o desagrado, las identificaciones que estableces.

Del diafragma para abajo tenemos la parte más salvaje, conectada con nuestro instinto de supervivencia, donde anidan nuestras pasiones y nuestra búsqueda de placer a través de la sexualidad.

Tras una respiración profunda siente tu parte baja, abdomen y pelvis, genitales y extremidades inferiores. Observa lo que sientes, y dónde sientes tensión, vitalidad, complejos, emociones. Percibe si tus piernas y tus pies te sostienen con fuerza.

A través de la mudrâ, reunifica lo alto y lo bajo, lo civilizado y lo salvaje, lo racional y lo visceral, lo voluntarioso y lo instintivo. Siente si tu cuerpo tiende a una rotación del raquis y busca de nuevo el equilibrio en el centro. Respira e integra, reconoce y acepta, armonizando las dos partes.

(Una campanada)

INTEGRACIÓN EN EL PLANO FRONTAL
La parte anterior del cuerpo es nuestra parte visible, la que vemos en un espejo y con la que estamos identificados. Representa, de hecho, nuestra autoimagen guiada por nuestros ojos. Está vinculada con la acción que se desarrolla a lo largo de tiempo y proyectada hacia el futuro por nuestro deseo.

Con los ojos cerrados, siente tu parte anterior, desde la cabeza a los pies, pecho y vientre, cara anterior e interna de las piernas y los brazos. Siente cuál es su sensibilidad, dónde residen las tensiones y qué vivencias tienes a través de la desnudez de tu cuerpo y del reflejo en el espejo.

La parte posterior es la parte de tu cuerpo que no ves. Tiene que ver con la sombra que proyectamos, con todo aquello que nuestra inconsciencia oculta, con las motivaciones no revisadas, con las actitudes no reconocidas. Está vinculada con la resistencia al avance, al miedo de lo que nos habita y al refugio en la nostalgia del pasado.

Siente ahora, a través de la respiración, toda la parte posterior de tu cuerpo, las nalgas y la espalda, la nuca y las piernas por detrás. Observa si hay tensiones, desviaciones de tu columna, falta de sensibilidad.

Es momento de la integración a través de la mudrâ. Reunificar la parte anterior y la posterior, lo visible y lo invisible, la luz y la sombra, lo mostrado y lo oculto, el futuro y el pasado. Observa también si tu cuerpo tiene tendencia a desplazarse hacia delante o hacia atrás y encuentra el eje de gravedad. Respira e integra, armoniza ambas partes.

(Una campanada)

INTEGRACIÓN FINAL A TRAVÉS DEL CORAZÓN
Tu corazón está a mitad de camino entre derecha e izquierda, arriba y abajo, delante y detrás. Es el corazón y su cualidad compasiva la que permite el diálogo y la integración de la misma manera que comparte la sangre venosa y la arterial y alterna entre sístole y diástole para que suceda la vida.
Quédate en el corazón sintiendo que eres una unidad, una unidad que admite la polaridad desde la complementación. Una unidad interna permeable a la vida.

(Una campanada)

Mantén el silencio hasta el final de tu meditación. Respira profundamente, saluda desde el corazón y estira gradualmente tu cuerpo.

Gracias por compartir estas meditaciones. Om Shanti.

foto Mathew Schwartz by unsplash

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