MEDITACIÓN SÍNTESIS
7 ETAPAS PARA UNA MEDITACIÓN INTELIGENTE
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www.yogasintesis.com
18
Jun
2018
1

Educación: del egotismo a la atención

Muy diversos e innegables son los esfuerzos educativos por parte de algunos en transformar la educación. Todo ello para que el individuo pueda vivenciarse más ecuánime y feliz y de esta manera crear un mundo diferente, menos hostil y más justo. Sin embargo, este noble intento pareciera una tarea recurrente y estéril, pues los resultados corroboran que la escala de la infelicidad no ha variado sino aumentado, y que el mundo sigue con los mismos problemas de siempre. Consideramos, además, que en la gran mayoría de los procesos educativos se aprecia algo común a todos ellos: una presencia y una ausencia que los arrastran en una misma dirección. Nos referimos a la importancia desmedida que se otorga al egotismo y a la marginación de la atención. Todo comienza con el proceso educativo, primero en la familia y la escuela, después en el medio social.
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17
Jun
2018
1

Frase: Vivir es sembrar

Vivir es sembrar, cada acción es una semilla, cada decisión una poda. Vamos a la meditación como va el campesino a recoger la cosecha: con expectación. La recolección nos habla de la naturaleza de nuestros actos, de todos aquellos que dejan un rastro, pequeño o grande, egoísta o altruista.

Meditación Síntesis. Julián Peragón. Ed. Acanto

15
Jun
2018
2

2 etapa: Meditar como la Flor

Viveza (flor)

Con la primavera estalla la vida, dejando atrás el riguroso invierno. En ese estallido, cada flor, grande o pequeña, roja o amarilla, se mira en la corona solar que también está repleta de pétalos de luz. Nuestras casas y nuestros jardines están salpicados de flores, y en cada rito y acto social las flores hablan con un lenguaje que ni siquiera los humanos podríamos imitar. Pero lo importante de las flores no es la armonía y belleza de sus formas, sino cómo nos facilitan la presencia cuando estamos delante de ellas y el recuerdo incontestable de que somos flores humanas que tenemos que llegar a florecer.

En su fragilidad, cada flor nos señala que tenemos que aprender a florecer con apasionamiento, pero también aprender a marchitarnos con la dignidad del que lo ha dado todo. En cada meditación, a través de recorridos corporales, siguiendo cada articulación y cada músculo, buscamos la viveza del cuerpo como si pudiéramos superponer a las zonas duras y tensas un pétalo tras otro, delicado, sensible y tierno.

12
Jun
2018
1

Cualidades sabias

a sabemos que el diablo sabe más por viejo que por diablo. El destino de toda vida humana es ser sabio, extraer de la experiencia un néctar que nos posibilite vivir con más armonía en este universo que a veces se manifiesta como caos y no como cosmos. Y es precisamente esa cercanía a la muerte la que tantas veces, y a regañadientes, nos hace abrir los ojos. Nos recuerda que todo es impermanencia, que nada perdura (ni siquiera nosotros mismos, nuestro cuerpo), y tal vez descubrimos que la vida es un permanente fluir que no permite agarrarnos a nada. La muerte también nos recuerda nuestra humildad ante la inmensidad que nos rodea (cierto que quisimos cambiar al mundo, pero el mundo nos cambió a nosotros), aunque en esa humildad no debe haber frustración o impotencia sino dignidad. La vida nos recuerda que no sólo hay una dimensión de vida sino múltiples, el arte de transitar por ellas adquieriendo una visión más global es propiamente la sabiduría. Y en ese subir y bajar por los diferentes niveles o dimensiones nos da una relatividad que se manifiesta como frescura, como flexibilidad, y nos recuerda que todo está interrelacionado, que las fronteras son meras marcas mentales que nos dan seguridad pero ilusas. Y aparece otra condición, sólo podemos percibir la maravilla que es la vida si cultivamos nuestra sensibilidad, en el fono si escuchamos sin imponer nuestros códigos estrechos. Para escuchar hay que ponerse a un lado, guardar silencio, acallar al ego. Y es entonces cuando descubrimos que sabiduría es invisibilidad porque uno ya no tiene ni ganas ni energía para subir al estrado, para conseguir méritos y reconocimientos. Desde esa invisibilidad uno ve la verdadera cara de la humanidad. Para el sabio no sólo es aliada la muerte, también lo es el Misterio, pues no se defiende delante de la duda, ni se pone una coraza ante la inseguridad, ni siquiera quiere darle respuesta a todo, ni tampoco tiene necesidad de leerse todos los grandes libros sagrados, pues sabiduría es una actitud de profundo respeto y aceptación del hecho de vivir. Pero ¿qué cualidades tiene que cultivar la persona sabia?, ¿cuál es el verdadero rostro de la sabiduría? ¿cómo distinguir entre el sabio y el erudito o el charlatán místico? ¿cómo reconocer en nosotros nuestras cualidades sabias?

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8
Jun
2018
2

2 etapa: Meditar como la Rama

Canalización (rama)

Todo árbol se yergue a través de sus ramas para alcanzar la luz del cielo, pero este esfuerzo no sería posible si, simultáneamente, sus raíces no penetraran en la oscuridad de la tierra para soportar dicha elevación. Paradójicamente, las ramas son como raíces osadas que atraviesan el espacio, mientras que las raíces son ramas más bien tímidas que buscan el refugio seguro de la tierra. En todo caso, la belleza del árbol radica en la majestuosa vertical que enlaza cielo y tierra. Ese fruto que comemos gustosamente es el producto mágico del encuentro de dos impulsos: el nutriente de la tierra fértil que sube y la cálida luz solar que desciende.

En cierta medida, el ser humano también está plantado en la tierra y también aspira a una elevación, en este caso, espiritual. Nuestra columna es el tronco, nuestros pies y piernas las raíces, y nuestras manos y brazos, las ramas. Tanto el árbol como el ser humano tenemos conductos sutiles por donde circula la energía, y de eso se trata: de aprender a meditar como las ramas permeables que se mecen con el viento y que ceden y ceden al peso jugoso de sus frutos.

5
Jun
2018
1

Las 12 disciplinas

Es verdad que la disciplina tiene mala prensa porque nos recuerda al esfuerzo y al deber, algo a menudo impuesto desde el exterior, aunque no debería ser así. En Yoga hablamos de apasionamiento (Tapas) cuando queremos referirnos al fuego interno que disuelve todos los obstáculos. En ese fuego del apasionamiento se da la transformación, es como una especie de horno alquímico. Todos entendemos que un músico que no ensayara con su instrumento, que no estuviera todo el día haciendo arpegios en su mente, no sería un verdadero músico. Por eso preferimos hablar de curiosidad cuando señalamos la disciplina porque sino hay curiosidad no hay nada. La curiosidad es el misterio que nunca se agota y que nos hace abrir puerta tras puerta en busca de algo más, como si la disciplina fuera el método para desplegar un potencial largamente dormido en nuestro interior. Dicho con otras palabras, la disciplina es la comprensión profunda de que el deseo tiene que hacerse carne a través de un proceso, de un trabajo, de un hacer con suficiente rigor.
Ahora bien, pareciera que la disciplina es sólo disciplina del cuerpo, practica de unas tablas de ejercicios o de unos hábitos higiénicos. Y es cierto que el cuerpo parte como una referencia básica, es nuestro templo de vida, nuestro sostén orgánico, pero al igual que el alma vive en un cuerpo, un cuerpo vive en un hogar y éste se inserta en un mundo, mundo que está a nuestro alrededor. Las fronteras son difusas en estas dimensiones del ser que son cristalizaciones de una misma energía. Tener rigor en el cuerpo y olvidar el alma, cuidar la casa pero descuidar el mundo son síntomas o bien de egoísmo o de inconsciencia. Nuestra propuesta es la de intentar recuperar ciertas prácticas del cotidiano con respecto al mundo, al hogar, al cuerpo y al alma para ir en pos de esa armonía que nos cuentan todas las tradiciones profundas.

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3
Jun
2018
1

Frase: Caminamos

Caminamos porque creemos que lo que buscamos está lejos, pero mientras buscamos mantenemos unas anteojeras que nos impiden percibir la amplitud de la realidad, sufrimos una tensión vital que nos comprime por dentro, mantenemos unas esperanzas que son del todo infundadas.

Meditación Síntesis. Julián Peragón. Ed. Acanto

1
Jun
2018
1

1 etapa: Meditar como una Montaña

Permanencia (montaña)

Quienes han subido cumbres saben que el mismo cielo parece estar al alcance de la mano. El aire puro, el horizonte inmenso, el silencio profundo, la cercanía de las nubes… nos transportan a una quietud del ánimo, más allá de la vorágine de la vida de allá abajo. Las montañas son puntos de encuentro entre el cielo y la tierra; de ahí que muchas de ellas se consideren montañas sagradas, cuyo peregrinaje asegura un lugar en el cielo prometido.

Cuando meditamos, estamos imitando el silencio y la tranquilidad de las cumbres. Estamos recuperando de nuevo el peso, la estabilidad y la permanencia de la montaña.

Meditar como una montaña es hacer sin hacer nada, permitiendo que florezca la primavera y se marchite el otoño, sin oponernos al calor del verano ni al intenso frío del invierno; sin apostar por la cara norte o por la cara sur. La montaña simplemente permanece allí, anclada en la eternidad, tolerante, aceptando todo lo que existe, sin juzgar a la frágil florecilla ni a la espinosa zarza. Meditar como una montaña es sentir en profundidad que no somos nosotros quienes meditamos desde el orgullo, sino que es el universo mismo el que ha rellenado todos nuestros huecos, y germina, crece, se marchita y muere, para volver a renacer. Podríamos decir que no somos nosotros los que empujamos la vida sino ésta la que nos sacude desde dentro y nos enviste o acoge desde fuera.