23
May
2019
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Actitudes en la meditación

namaste

 

A menudo nos apuntamos a realizar encuentros de meditación con la expectativa secreta de aprender nuevas técnicas meditativas que nos auguren un camino fácil y unas experiencias potentes. Venimos de una cultura donde lo tecnológico tiene prestigio, donde la técnica está envuelta en una aureola mágica capaz de sacarnos de cualquier berenjenal evolutivo donde nos metamos. Es cierto que la técnica es eficaz ante el medio pero nos olvidamos a menudo que la técnica es neutra y que depende, en última instancia, de la ideología que la sustenta.

Sin olvidar la técnica, para nosotros es importante la actitud previa, la sensibilidad con la que utilizamos nuestros recursos. Nos parece importante preguntarnos, no acerca de las prestaciones que tiene un coche, por poner un ejemplo, sino el para qué queremos ese coche, adónde queremos ir.

Dentro del esquema fundamental que utiliza el Yoga, los dos primeros miembros antes del trabajo técnico con la postura son elementos de ajuste ante el mundo y revisión interna de los propios condicionamientos, es decir, una postura ética ante la vida.  Sería prudente, por tanto, antes de sugerir técnicas meditativas revisar la actitud con la que se practica.  Técnicas hay miles, sin duda, pero actitudes adecuadas sólo un racimo.

Nos proponemos, antes que nada, sugerir esas actitudes que ponen vaselina a la meditación, que riegan en su justa medida la planta de la contemplación y que reciben toda experiencia desde la más profunda ecuanimidad.

Por Julián Peragón

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