Meditación en la MIRADA
MEDITACIÓN en la MIRADA por Julián Peragón de la Escuela Yoga Síntesis
EXPLICACIÓN PREVIA:
Todos sabemos que el ojo puede verlo todo menos a sí mismo, a menos que utilicemos un espejo. Eso mismo le pasa al Ser, es consciente de toda experiencia que vive pero no puede percibirse directamente puesto que no es un objeto, físico o mental, sino puro sujeto. Por ejemplo, cuando percibimos la flor, captamos formas, colores y olores. Cierto, pero hay algo en la flor que no es de este mundo, hay una presencia, una armonía de conjunto, una belleza más allá de lo físico que está sustentada por el mismo Ser que la percibe. Nunca estamos separados cuando estamos en la presencia.
La meditación de la MIRADA tiene que ver con un sutil discernimiento entre el objeto y el sujeto que somos. Es una meditación intensa que se debe realizar en pareja, o en su ausencia, con un espejo donde poderse ver nítidamente el rostro.
MEDITACIÓN:
Siéntate con la persona que vas a hacer el ejercicio frente a frente a una distancia aproximada de un metro. Aseguraros que la posición es cómoda y estable. Es conveniente que estéis a la misma altura, los dos en un cojín o los dos en una silla. Y es imprescindible que la sala o habitación donde hacéis la meditación esté suficientemente iluminada.
(Tres campanadas)
En primer lugar cerramos los ojos, prestamos atención a las sensaciones corporales y a las manifestaciones de nuestra energía vital. Es importante habitar nuestro cuerpo desde dentro, desde la más pura sensibilidad.
Ahora, nos centramos en la respiración y dejamos que el ritmo del aliento vaya calmando nuestra ansiedad y nos ayude a concentrarnos en el momento presente.
A continuación hacemos un saludo de agradecimiento a nuestro compañero o compañera por ser soporte mutuo de esta práctica meditativa.
PRIMERA PARTE: LOS OJOS
Abrimos los ojos y observamos los ojos de nuestra pareja como si fueran un objeto más en nuestro horizonte visual. Primero percibimos el rostro de forma global. Poco a poco nos centramos en la franja ocular que engloba las sienes, la frente, el entrecejo y el nacimiento de la nariz.
Alrededor del ojo, observamos con total detalle las cejas, los párpados, las pestañas, la arcada.
En ningún caso hacemos un juicio o valoración estética de los ojos que estamos mirando. Somos simplemente pintores que perciben los detalles para imprimirlos después sobre un supuesto lienzo.
En profundidad nos centramos en el globo ocular, el lagrimal, el color del iris y su textura, la pupila y su diámetro.
En el contraste entre los dos ojos podemos percibir variaciones en la altura, en el tamaño, en los vasos sanguíneos, en la sequedad o humedad interior.
Percibimos los ojos, su movimiento, el reflejo parpebral o la centralidad de los globos oculares.
Ahora es momento de cerrar los ojos y recordar sobre la pantalla mental cada detalle y aspecto de los ojos que hemos observado. Reconstruimos la imagen en nuestro interior con total fidelidad.
SEGUNDA PARTE: LA MIRADA
Volvemos a abrir los ojos y prestamos atención a nuestro compañero o compañera. Ya no nos interesa el ojo como objeto, sino algo que está más allá de la forma: la mirada.
Vuestras miradas tienen intensidad, tienen intención. Cada mirada es única, irrepetible. Hay algo que pasa a través del ojo y que no está encerrado en el ojo.
La mirada transmite nuestro carácter pero también deja vislumbrar el alma.
Asomaros, sin miedo, al trasfondo que deja entrever la mirada. Bucear en la presencia con total inocencia. Haceros transparentes con vuestra propia mirada.
En esa mirada hay reconocimiento mutuo. Hay la chispa iluminada del Ser.
Dejaros que os envuelva la mirada, que os sostenga y que os clave en el presente atemporal.
Mirar sin mente, sin conceptos, sin estereotipos. Solo dejarse ser.
Volvemos a cerrar los ojos, a buscar esa presencia en nuestro interior y estamos el resto de la meditación en silencio.
(Una campanada)
Para finalizar, hacemos una respiración profunda.
Abrimos los ojos y saludamos a nuestra pareja con total agradecimiento. Si queréis, podéis compartir vuestras vivencias en la meditación.
Es recomendable hacer estiramientos para compensar la postura de meditación y darse tiempo para volver a nuestra actividad cotidiana.
Gracias por compartir estas meditaciones todos juntos. Om Shanti.
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